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La Ley de Medidas Fiscales para la Sostenibilidad Energética ahoga a las renovables para la producción de electricidad

El sector de las renovables sigue de luto; en enero de 2012 ya había sufrido un serio revés con la aprobación del Real Decreto Ley 1/2012 por el que se procede a la suspensión de los procedimientos de preasignación de retribución en las nuevas instalaciones de producción de energía eléctrica en el régimen especial, que impide la inscripción de las nuevas instalaciones en el Registro de Preasignación y por lo tanto que éstas reciban la prima a la producción eléctrica, un año más tarde el Ministerio de Industria ha aprobado una nueva herramienta jurídica que frenará un poco más la implantación de centrales eléctricas para la producción eléctrica, se trata de la Ley 15/2012, de 27 de diciembre, de medidas fiscales para la sostenibilidad energética. Teóricamente esta Ley se crea con el fin de fomentar la sostenibilidad energética realmente es una herramienta impositiva que crea impuestos sobre:

a) Producción de energía eléctrica del Régimen Especial y del Régimen Ordinario.
b) Producción de combustible nuclear y residuos radioactivos resultantes de la generación de electricidad termonuclear. 
c) Almacenamiento de combustible nuclear gastado y residuos radioactivos. 
d) Uso de aguas continentales para producir energía eléctrica en centrales minihidráulicas. 

Además también se modifican (aumentan) los tipos impositivos de los impuestos especiales sobre gas naturales y carbón. En el caso de la generación eléctrica debemos destacar la nueva tasa del 7%, que afecta por igual a todas las tecnologías, tanto al Régimen Especial como al Ordinario. Esta tasa se aplica sobre los ingresos económicos de la facturación eléctrica por venta a red; en el caso de la producción del Régimen Especial esta tasa es especialmente problemática, ya que “rompe las reglas del juego”, porque se aplica a las centrales en funcionamiento que contaban con una prima garantizada hasta este momento. 

Uno de los principales problemas para la implantación de las centrales eléctricas era la inseguridad con la que contaba el promotor sobre la percepción de las primas; con motivo de la aprobación del Protocolo de Kioto las energías renovables eran un negocio muy interesante, pero tenía una de sus debilidades en que nadie garantizaba la existencia de las primas a la producción durante los siguientes años. Este problema fue resuelto mediante el Real Decreto 436/2004, de 12 de marzo, por el que se establece la metodología para la actualización y sistematización del régimen jurídico y económico de la actividad de producción de energía eléctrica en el régimen especial, que garantiza el cobro de las primas durante la vida útil de la instalación en dos tramos, durante los primeros veinticinco se cobrará la prima máxima y a partir de estos también estará garantizada aunque a menor precio; la caída de los precios unitarios de las nuevas instalaciones y la garantía de las primas fueron los factores más importantes que promovieron el crecimiento del sector a partir de 2005. 

Desde 2005 el precio de la electricidad ha subido mucho en España, siendo la existencia de las primas uno de los muchos motivos junto a otros como la garantía de potencia o los derechos por interrumpibilidad del sistema, todos derivados de un modelo energético deficiente. Debido a que no era posible rebajar los precios de las primas para las instalaciones en funcionamiento la estrategia del Ministerio de Industria ha sido aplicar una rebaja de forma encubierta; la aprobación de esta Ley oscurece un poco más el panorama para las nuevas instalaciones (además de vender al precio a tarifa sin primas tendría una tasa del 7% sobre los ingresos) y en el caso de las que están en funcionamiento los beneficios se verán muy mermados. Aquellas instalaciones con buenas ubicaciones seguirán siendo rentables, pero menos; el problema se centra en las instalaciones con una rentabilidad limitada, en las que incluso podría peligrar la propia explotación si con una rebaja de las primas de un 7% no fuese rentable seguir produciendo electricidad.

Por Dr. Fernando Blanco Silva, ingeniero industrial y Responsable de Energía y Sostenibilidad de la Universidad de Santiago de Compostela.